Me duele el bolsillo

Hay que ver como pasa el tiempo. Casi sin darnos cuenta hemos comenzado el año 2005, y parece que fue ayer cuando estábamos celebrando la entrada de 2002 y con él, la del euro, esa monedita europea que nos iba a hacer muuuucho más felices e iba a solucionar todos nuestros problemas, desde los económicos hasta los sociales pasando por las almorranas. Pues hete aquí que cuando han pasado 3 años, tengo la sensación de que me han engañado como a un chino, uno de los 1300 millones que pueblan el país de la muralla.

Antes de la llegada del mesiánico euro, yo ya me barruntaba lo que iba a pasar, pero las autoridades competentes (¿quiza mejor INcompetentes?) se encargaron de tranquilizarnos, diciendónos y asegurando que nada iba a cambiar, todo sería igual de caro o barato, solo que ahora pues tendríamos que acostumbrarnos a trabajar con 2 ceritos menos. La palabra redondeo cobró un inusitado protagonismo en aquellos días. "¿Y si me da decimales"? "No se preocupe, tenemos unas reglas que harán que todo vaya como debe ir".

3 años después de toda esa basura, me encuentro con que lo del redondeo se ha pasado de castaño oscuro. Ya no es que te cobren 60 céntimos por algo que debía costar 56, es que han cambiado brutalmente el precio de las cosas. Alguna brillante mente ha supuesto que la monedita de euro es el clon de la antigua de veinte duros. Así pues, si antes ibas a una tienda y comprabas un artículo por 200 pesetas, increiblemente ahora cuesta ¡¡2 EUROS!!.
¿PERO ESTO QUÉ COÑO ES?¿ES QUE SE PIENSAN QUE SOMOS GILIPOLLAS?.

Veamos cualquier otro ejemplo. Un sábado de tantos, sales con tus amigos y decides ir a uno de los muchos bares de tu ciudad. Te pides un cubata, y ¿qué encuentras? Que lo que antes valía 500 pesetas, ahora vale, ¡¡4 euros!!. Y eso si no decides entrar en local de pago, donde la entrada no baja ya de los 5 euros. Claro, como es el billete... como si fueran 500 pelas. La madre que los parió.
Pues bien, todo así. No se vosotros, pero yo tengo la sensación de que el dinero vuela de mis manos.
Si a todo esto juntamos el hecho de que aún no nos hemos acostumbrado a contar en euros, digan lo que digan, pues somos los pardillos perfectos. Haced una prueba, e imaginaos que pedis una coca cola en un bar. Os piden 2,40 euros. Pues estoy completamenete seguro de que pagáis tan convencidos, sin daros cuenta de que os están clavando ¡¡400 pelas!!. "Bah, solo dos euros". He aquí el problema, que como dije, creemos que la moneda de euro es una de 100 pesetas.

Como el dinero no crece en los árboles, la situación suele ser bastante cómica. "joder, cómo me he gastado todo este dinero esta noche".
Y no pensemos que los sueldos hacen esto, qué va, todo al céntimo de euro, ni redondeo ni asimilación ni hostias, y el resultado es... que nos pilla el toro.

Me gustaría saber dónde va todo ese dinero de más que nos cobran, quién es el manguta inicial que se aprovecha de este timo, porque esto es un timo, y que debe estar forrándose a nuestra costa.
Qué gracia, ¿verdad?. Para que luego digan que el bolsillo no puede doler. Pues a mi, me duele el bolsillo.