¡Fiesta, fiesta!

Están a punto de terminar las fiestas de nuestra señora de San Lorenzo, patrona de Valladolid. 10 días de diversión y desenfreno, lo cual nunca viene mal de vez en cuando.
Lo que ya no me hace tanta gracia son ciertas cosas que he visto en ellas y que a poco sentido común que se tenga deben ser patentes para cualquiera.

La primera y más evidente es el lamentable estado de las calles. Se puede estar de fiesta y cachondeo, pero tener cierta limpieza. No es recibo convertir la ciudad en una cochinera, llena de bolsas, cachis, papeles y demás "lindezas". De un tiempo a esta parte, las fiestas se han convertido en la excusa perfecta para hacer el gorrino. Hay gente que, para justificar estas marranadas, apela a la idea de que así los barrenderos tienen trabajo. Es como decir que nos tenemos que partir las piernas para que los médicos coman caliente. Una chorrada, vamos.
Como sigamos así, llegará el día en que se le hicharán las narices a la gente y al alcalde. Y luego nos cabrearemos, sin razón, por cierto.

Otra cosa que afea un poco las fiestas es la cada vez más temprana edad de los peñistas. Auténticos críos bebiendo como cosacos, no es algo de lo que nos tengamos que sentir orgullosos. La idea es pasárselo bien, da igual la edad, sí, pero pienso que no puede ser normal ver chavales de incluso 12 años (lo juro) bebiendo calimocho hasta las tantas. Por favor, hay tiempo para todo, no queramos crecer demasiado pronto. La culpa no es de los críos, que como pícaros y curiosos que son, prueban lo que haga falta, sino de las peñas que permiten que se apunten. Alguien dirá que de todas formas, harán botellón ellos mismos. Pues vale, pero por lo menos, nosotros cumplamos. Hay escenas lamentables de menores borrachos como cubas, algo que siempre me horrorizará.

Ya para terminar, no puedo pasar por alto los avergonzantes incidentes acaecidos en la zona de cantarranas. En un cocido siempre hay garbanzos negros, y desde aquí rompo una lanza por la gran mayoría de gente que va a esa zona simplemente a pasarlo bien, sin molestar ni armar jaleo. Pero también censuro los comportamientos de esos mismos garbarzos negros, por los cuales, la zona fue acordonada con toda la razón del mundo. Espero un correctivo adecuado y ejemplarizante, ya sea a ellos o a sus padres, si son menores.
Y es que hay quien no sabe divertirse si no es tocando la picha al resto del Universo.

En fín, que en dos días la cosa terminará y volveremos a la rutina, hasta el año que viene donde seguramente se repetirán muchas de las cosas aquí comentadas. Por el bien de las fiestas y la propia ciudad, espero que seamos inteligentes y hagamos las cosas un poquito mejor.