El Latigazo

31.8.05

Curiosidades físicas: La paja y el plomo

Se está acabando el verano, lo cual no me dice mucho, habida cuenta de que no he tenido vacaciones; si acaso que las chiquillas empezarán a guardar sus encantos bajo kilos y kilos de ropa. Qué le vamos a hacer.

Hoy no me apetece despotricar demasiado, pero no por ello voy a dejar al ávido lector con las ganas de leer algo interesante (por lo menos asi trataré de que sea).
Si enfocan su mirada hacia el comienzo del post, podrán ver un sugerente título. La pregunta que podría aparecer ahora sería: "¿Y qué nos va a contar este tío?"
Bien, de todos es conocido el pequeño truco con el que nos intentaban hacer quedar como auténticos merluzos, el archiconocido enigma de "¿qué pesa más, un kilo de paja o un kilo de plomo"?

La gracia del asunto estaba en la desigualdad de tamaño, que nos hacía pensar erroneamente que pesaba más el plomo. Y en realidad, los dos pesaban lo mismo. ¿O no?
Pues no, queridos caballeretes, hoy es el día en el que descubrirán que han vivido engañados toda la vida, pensando que los pesos eran los mismos.
Sí, no ponga cara de estreñido, que le estoy viendo. Y para más señas, PESA MÁS LA PAJA.

Si al llegar hasta aquí decide no seguir leyendo, pensando que me he vuelto loco, o soy un pobre iluminado, se perderá lo mejor. Y mire que se puede hacer usted el interesante luego con estas cosas ante los amigotes. Por favor, no le de al aspa de la ventanita.

Para comprender esta aparente falta de racionalidad, hay que partir de la base de que vivimos en el planeta Tierra, y como tal, está rodeado de aire. También hemos de saber que la base de las pesadas con balanza es la atracción gravitacional terreste. Así, la palabra que utilizamos es correcta, no medimos masa, CUANTIFICAMOS FUERZAS.

El aire es un fluído, más o menos denso, pero fluído al fin y al cabo. Y como tal, debe obedecer al principio de Arquímedes cuando hay algo sumergido en él. Así pues, cualquier cosa que este en la Tierra, sufre una fuerza de empuje hacia arriba, que no es más que la "queja" del fluído por haber ocupado un lugar que le pertenecía legítimamente. La clave en el principio de Arquímedes es la densidad: Si somos más densos que el fluído, nos hundiremos, puesto que la fuerza de la gravedad superará al empuje. Si somos menos densos, flotaremos.
Sin embargo, flotemos o no, sufrimos el empuje.

Cuando pesamos, comparamos las fuerzas (en realidad son los momentos) que hay en cada platillo de la balanza.
Nota: He preferido editar y contarlo como hay que contarlo, aún a riesgo de ser más pesado que una vaca en brazos. Vamos allá:

Pesar no es más que comparar con un patrón cuyo peso (masa) es conocido. Esto podría ser un juego de pesas de cobre, de digamos, 8000 kg/m3 de densidad. Pondremos dichas pesas en uno de los platillos hasta hacer 1 Kg, y en el otro platillo vamos echando paja de 500 Kg/m3 (por decir algo) hasta que los platillos se equilibran.
En ese momento, los momentos se equilibran y así la balanza. Es lícito suponer que existe la misma masa en ambos platillos (lo cual no es cierto).
Realizamos el mismo proceso con plomo de 11400 kg/m3, y equilibramos de nuevo los platillos, cobre y plomo en este caso. De nuevo llegaremos a la erronea conclusión de que hay la misma masa de cobre y plomo.

Pues bien, si colocamos ahora las cantidades de paja y plomo obtenidas en una báscula, a fín de medir las masas, veremos que NO VALEN LO MISMO, es más, la paja pesa más que el plomo. Llegaremos así a la conclusión, que un kilo de paja pesa más que un kilo de plomo.

La explicación a esta aparente paradoja (aparente porque no es tal), está en no haber tenido en cuenta los diferentes empujes que van a sufrir los distintos materiales, que serán mayores cuanto menos densos sean estos. Así pues, realmente estamos haciendo la cosas MAL, puesto que no colocaremos la misma masa, aunque estemos completamente convencidos de ello, al haber visto con nuestros propios ojos como equilibrábamos las pesas de cobre en cada una de las medidas.


¿Desconcertante? No, simple sentido común.
Cuando pesamos en un laboratorio, hay que hacer lo que se llama la corrección de pesada, que no es más que contar con el empuje extra del aire que nos rodea.
Esto nos enseña que las aparentes evidencias, puede que no lo sean tanto.

Obviamente, la masa de un cuerpo, definida como un múltiplo de la doceava parte de la de un átomo de carbono 12, es la misma en un kilo de paja y en otro de plomo. Pero mucho ojito con los pesos, las ambigüedades del lenguaje y los experimentos.

Si alguno sigue sin creerselo, gustosamente le pasaré los cálculos, muy sencillos(y no es coña).

Otro día hablaremos de si los cuerpos siempre caen en un campo gravitatorio: ¿pueden los cuerpos caer hacia arriba? Yo digo que SI.

17.8.05

El puto reggeaton

Quien lo iba decir. Que acabaría suplicando por la vuelta de Georgi Dann y demás pseudo-canciones veraniegas. Pero sí, haciendo bueno el dicho de "otro vendrá que a mi bueno me hará", el reggeaton ha irrumpido como un caballo en una cacharrería. Y lo malo es que tiene pinta de querer quedarse para largo.

Creo que en mi vida había oído un estilo musical más enervante, grosero, zafio, simple y falto de calidad. Desde la melodía, simple como digo, más simple que el mecanismo de un chupete, a las absurdas letras inventadas por no se sabe bien qué "genio". Y ello sin olvidarnos del tratamiento denigrante que de la mujer se hace, tratada más como un pedazo de carne o una caja de pescado de la lonja.

El reggeaton parece haber venido de Puerto Rico y Panamá y de la noche a la mañana ha inundado los locales fiesteros, para desesperación de las cada vez más numerosas personas, entre las que me incluyo, que exigen un mínimo de decoro y calidad.
Soy el primero que respeto los gustos de los demás, considero que cada persona es un mundo. Pero esto ya es pasarse. No es que se pongan las dichosas cancioncitas entreveradas en el conglomerado musical de cada sábado, es que ahora prácticamente todo es reggeaton.
Y venga gasolina, y gasolina y gasolina... ¡joder!. ¡Por Dios, distribuyan un poco las canciones!
Es lamentable volver a casa cada sábado con la cabeza como un bombo por culpa del puto reggeaton de los cojones y la insistencia de los pinchas de los garitos.
Que no estoy pididendo que lo quemen o eliminen, solo que dis-tri-bu-yan.

Pues no hay tu tía. Estamos condenados a tener que aguantar un ritmo machacón y absurdo cantado por personajillos que no muestran el más mínimo respeto por las mujeres, y en general del resto de seres vivos que los rodean.
Mira que he criticado a Bisbal y Bustamante, pero visto lo visto:

12.8.05

Ser, o no ser, he ahí España

Recordemos aquellas palabras en la inmortal obra de William Shakesperare, Hamlet: "Algo huele a podrido en Dinamarca". Si el insigne inglés se diera una vuelta por España, es seguro que vomitaría con el fétido hedor que despide nuestra justicia, o mejor dicho, injusticia.

Cada día que pasa, cada momento temporal que trascurre, la casa de putas sigue ampliándose sin solución de continuidad. Ni en las repúblicas bananeras más decadentes se concibe el insulto al sentido común que una vez tras otra perpetra el tercer poder, cada vez más influido y manipulado por el segundo.
Lo interesante sería saber cuándo se le hincharán definitivamente las narices al pueblo.

Desde el penoso episodio de Farruquito y su patente de corso a la hora de dar matarile a un buen viandante con su flamante BMW, hasta el abracadabrante permiso por depresión a Rafael "el trincón" Vera, pasando por la piscina-solarium-glamour disfrutada por los etarras en pandilla.

Y no contentos con todo eso, aparece la inefable Mercedes Gallizo para recordarnos a todos los españoles que la cárceles están a reventar, que hay que buscar penas alternativas a los chorizos y que la idea es "reinsertar" mediante obras sociales.

Sinceramente, dan ganas de calzarse el trabuco y tirarse a Sierra Morena, en plan Curro Jiménez.
Si la plebe adormilada, atocinada y cuasi-analfabeta algún día digna a levantar su vacío melón, podrá contemplar el ruinoso estado en el que se encuentra el país, y debería por lo menos elevar la voz para gritar y pedir a voces precisamente lo que cada vez más se nos administra
con cuenta gotas.

¡Quia! Quizá mucho esperar. Y es que los olmos nacieron y crecieron para no dar peras.
Si al final, Hamlet tendría que haberse dado con un canto en los dientes. Por lo menos él buscó la justicia. Y la encontró.

5.8.05

El pollo loco

Hay que ver la que se ha montado. Hasta la ensaladilla rusa va a protestar al ver usurpado su trono como foco de salmonelosis veraniega. Para el que aún no se haya enterado, resulta que hay más de 1500 personas malitas por haber ingerido pollo de ese precocinado, tan de moda últimamente más que nada por su comodidad (abrir, calentar y listo, como dicen en la publicidad del cocinero vasco).

Al parecer se dice, se cuenta, se comenta, se rumorea... que el foco de infección bacteriana estaba en la salsa del pollo. Y es que el pollo sin salsa está muy seco y no mola. Pues cayendo como moscas están los infortunados, oigan. Ya la ha diñado un abuelete de 90 años, a esas edades hasta una ligera ventisca se puede convertir en dama de guadaña.

Una vez que el desastre se ha consumado, empiezan a surgir noticias acerca de las cavernícolas medidas de higiene que la empresa envasadora tenía, y la connivecia de la administración de sanidad de Castilla la Mancha con dicha compañía. Ya sabemos que en España, lo mejor es "hacer como que", en vez de realizar tu trabajo. Muchas veces no pasa nada, pero en este caso ha pasado.
Nos podemos imaginar cómo fue la revisión que tres días antes se realizaba en la fábrica de pollos de marras, con taquitos de jamón y vinito de por medio:

- "Bueno, pues esto de aquí es la tubería para la salsa"
- "Muy bien, ¿pero la limpiáis con diligencia?"
- "Claro, claro, no faltaba más"
- "Bueeeeeeeno, vaaaaaale te creo. Pásame otro lingotazo de ese tintillo tan rico"

Y a otra cosa.

Da pavor comprobar en qué manos estamos, ver la irresponsabilidad flagrante en un tema tan serio como la alimentación. Tanto unos como otros, porque si los de sanidad no realizaron su trabajo, los fulanos de la empresa no se molestaron lo más mínimo en, por pura higiene, mantener todo en regla. Me río de las gestiones de calidad que debe haber en dicha empresa, o corral, o lo que coño sea. Más de uno debería ir buscando en las ofertas de clasificados con ahínco y vehemencia un nuevo curro.

Y a todo esto, la ministrilla de sanidad, ni se la oye, ni se la espera, ni... nada. Una pena, yo que la iba a invitar a pollo.

¡¡Ministra, mire qué buena pinta!!